En septiembre publiqué lo que yo llamo un "post útil" sobre cómo uso y por qué me gusta el bullet journal. Para mi sorpresa os interesó bastante (lo cual me lleva a pensar que igual debería replantearme las tonterías que subo a veces jajaja) así que, ahora que vuelve el momento de elegir agenda, os traigo cómo he preparado el del 2018 para que veáis que tener un bullet journal no tiene por qué llevar tiempo ni requiere de dotes creativas. Es más, la gran ventaja para mí es que ahorra tiempo.
El cuaderno es de nuevo este Leuchtturm1917 porque vienen ya paginados y con índice. A mí me gusta con rayas pero lo hay también con hojas en blanco, punteadas y cuadriculadas. Este año además trae dos marcapáginas en vez de uno lo cual a mí me va muy bien porque así puedo dejar uno para el mes y otro para el día en el que estoy anotando. Aparte del cuaderno, uso un boli normal y el rotulador rosa que es para marcar los días de vacaciones. Eso es todo. Como veis en la libreta usada de 2017, no hace falta más para que sea eficaz. Ya me contaréis si os animáis a probar y si os funciona.
Pensaba dejar este post para enero por eso de que empezaba el año pero, al hilo una conversación con Una mamá en la cocina e Irene hace unos días en IG sobre el lío de las agendas que empiezan en septiembre y las que lo hacen en enero, he pensado que quizá este mes tampoco sería mal momento.
El año pasado usé la migración de tareas clásica del bullet journal en una agenda Moleskine tradicional pero este año me lancé ya con un cuaderno en blanco y estoy muy contenta. Creo que por fin he encontrado el modo de organizarme que más va conmigo.
Si buscáis bullet journal en redes veréis sobre todo unos cuadernos muy currados, con dibujos, lettering, colores y miles de trackers. Unas verdaderas agendas preciosistas hechas a mano desde cero. Y todo sin borrones, limpio y bonito (¿cómo lo harán?). A mí me quedó claro desde el primer momento que eso no era para mí. Yo necesito eficacia y rapidez porque tengo poco o nada de tiempo y además soy de borrón así que, después de ver el vídeo de abajo sobre el bullet journal original (se pueden activar los subtítulos en español), decidí hacer lo mismo sin preciosismos añadidos.
Me gusta porque:
es un sistema flexible y que se puede adaptar a las necesidades de cada uno. Por ejemplo, yo elegí no hacer planificador anual (o "registro a futuro", como dice el video), sino todos los meses ya desde el principio y funcionar con eso como planificador anual y mensual a la vez.
permite intercalar listas según va surgiendo la necesidad. Como hay un índice las listas siempre están localizadas. Yo tengo en la página 29 una lista de talleres donde llevar el coche, en la 33 una lista de libros, en la 78 una tabla de estiramientos de espalda, en la 87 una lista de series, etc.
no pierde su función de cuaderno y te permite llevar uno siempre encima para apuntar o dibujar. A mí esto me parece maravilloso.
Ahora, los detalles:
* La mía es una Leuchtturm1917 tamaño A6. Me gusta porque ocupa poco, lleva una goma para cerrar, tiene una sección de índice ya preparada y, sobre todo, porque viene paginada y eso ahorra trabajo a la hora de hacer un índice. La tengo con hojas de rayas pero las hay también con hojas blancas y punteadas.
Mi planificador mensual de septiembre aquí abajo:
La entrada del día que hice las fotos a continuación (tenía que
actualizar el horario de mi escuela en FB, llamar a una amiga y cambiar
una domiciliación).
Y finalmente mi planificador para el año que viene (registro a futuro de 2018). Los días en rosa son vacaciones.
Y así es mi bullet journal, nada precioso ni especial, pero eficaz al cien por cien. Y vosotros ¿qué usáis? :)