miércoles, 1 de septiembre de 2010

Crónicas pekinesas: día 2

Cogemos un taxi para ir a la Ciudad Prohibida pero el taxista no parece entender que queremos hacer la visita al revés de lo normal (es decir, de norte a sur en lugar de sur a norte) porque queremos subir a las colinas de un parque con vistas a la ciudad y además evitar las colas de la entrada de Tian'anmen. Aunque le señalamos claramente en el mapa donde queremos ir y yo me esfuerzo en mi mejor chino, el taxista nos lleva mal y, cuando se lo decimos, nos echa una bronca de aúpa.


La ciudad prohibida es inmensa y nos gustó mucho pero llega un momento en que satura y todo parece igual. Y cuánta gente.

Y cuando yo pensaba que no podía haber más chinos en ningún otro lugar de Pekín, fuimos a la ciudad olímpica y comprobamos que no era cierto...

4 comentarios:

  1. juas juas, la conclusión es que hay mucho chino en china no?

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  2. es como la sobredosis de Tetris.....cierras los ojos y, que ves?....chinos!!

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  3. jajajajaja es verdad. chinos, chinos, chinos y más chinos.

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