Hace días decidí engrosar las filas de las "calvas de piernas" y hoy ha sido la primera sesión. No me dolió mucho (gracias a la crema anestésica, todo hay que decirlo) pero lo peor y que nadie me había dicho es que huele a cerdo quemado mogollón. ¡Qué peste!
Las gafas rosas que hay que ponerse molan, ¿eh?