Por fin llegamos. Después de una siesta para adaptarnos al nuevo horario vamos a ver el templo de los lamas (fotos aquí, aquí y aquí).
Nos damos cuenta de que los chinos tienen en general un gusto muy kitsch y lo que para nosotras desde fuera era a todas luces y de forma inequívoca un restaurante chino era en realidad...
Y Clara nos explica que en Pekín el tráfico es un horror y que los semáforos están de adorno. Menos mal que los chinos conducen despacio.
(ya puedo volver a poner comentarios, yuju!!)
ResponderEliminarjuajuajua, real como la vida misma, que me troncho!; animo con la rentree
Que manera mas genial de contar el viaje!! Esperando la siguiente entrega!
ResponderEliminares un poco laborioso este cuaderno de viaje pero es divertido hacerlo también.
ResponderEliminarclara, qué bien que los censores se han relajado un poquito :)
Jo gracias por el trabajo, es muy divertido!!!
ResponderEliminarEso si, lo de los semaforos me recuerda a Roma, donde si cruzas en verde para lo peatones lo romanos te agitan las manos con gesto muy italiano, y se frotan la barbilla, todo esto mientras giran e insultan a otros conductores...
que chulo el cuaderno de viaje.
ResponderEliminarahora todos los viajes lo voy a exigir.
Cómo mola, me encanta!
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