Cogemos un taxi para ir a la Ciudad Prohibida pero el taxista no parece entender que queremos hacer la visita al revés de lo normal (es decir, de norte a sur en lugar de sur a norte) porque queremos subir a las colinas de un parque con vistas a la ciudad y además evitar las colas de la entrada de Tian'anmen. Aunque le señalamos claramente en el mapa donde queremos ir y yo me esfuerzo en mi mejor chino, el taxista nos lleva mal y, cuando se lo decimos, nos echa una bronca de aúpa.
La ciudad prohibida es inmensa y nos gustó mucho pero llega un momento en que satura y todo parece igual. Y cuánta gente.
Y cuando yo pensaba que no podía haber más chinos en ningún otro lugar de Pekín, fuimos a la ciudad olímpica y comprobamos que no era cierto...
juas juas, la conclusión es que hay mucho chino en china no?
ResponderEliminares como la sobredosis de Tetris.....cierras los ojos y, que ves?....chinos!!
ResponderEliminarjajajajaja es verdad. chinos, chinos, chinos y más chinos.
ResponderEliminarChinos por doquier, ja ja ja
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